Los villancicos son una de las melodías navideñas más interpretadas a lo largo de todo el globo. Energy Sistem te cuenta cómo han evolucionado estas canciones en diferentes países.

 

Madrid, 29 de diciembre de 2017.

La Navidad ya ha llegado. A las calles vestidas con iluminación llamativa y las casas decoradas con el árbol navideño y el belén se les une otro de los elementos fundamentales de la época: los villancicos. Estas canciones no solo suenan por los altavoces de cualquier centro comercial, tienda, calle u hogar, sino que también son cantadas en otras partes del mundo: desde América Latina hasta Reino Unido, Australia e incluso Japón, estas melodías son interpretadas de diferentes maneras.

En su origen, en la Edad Media, estas alegres canciones no estaban relacionadas con la Navidad, la religión o el nacimiento de Jesús, sino que se trataba de divertidas composiciones que se cantaban en el mundo rural y cuyo fin era narrar los acontecimientos que habían sucedido en las villas y eran de interés para el pueblo. Es decir, algo así como un  informativo medieval. Y al ser cantadas por los habitantes de las villas, estas composiciones pasaron a conocerse como villancicos.

Su secreto está en las rimas sencillas y en las letras pegadizas, que pueden ser fácilmente memorizadas por cualquier persona. De ahí que se haya popularizado tan rápidamente: es una manera rápida y eficaz de llevar el espíritu de la Navidad a cualquier persona. Noemi Climent Buforn, International  Communications Manager de Energy Sistem explica cómo se han adaptado estas melodías a lo largo del globo.

  • España, América Latina y Portugal: el villancico impera a lo largo de estos países, donde se estableció como una tradición dentro de la cultura popular. Su estructura es sencilla y de versos cortos. Lo más normal es que cuente con versos octosílabos o hexasílabos. “Respecto a las partes, cuenta con un estribillo inicial al que le sigue una letra compuesta de dos, tres o cuatro versos, y la estrofa que a su vez se divide en tres partes.
  • Reino Unido: la composición inglesa del villancico es conocida como Carol y surgió durante el siglo XV. “Consta de varias estrofas que se cantan con la misma música y de un estribillo con su propia frase musical, que se entona al comienzo y después se repite en cada estrofa. Sus melodías y ritmos les dieron un aire popular y una naturaleza totalmente inglesa”.
  • Alemania: los villancicos toman el nombre de Weihnachtslieder, que significa literalmente canciones de Navidad. “Muchas de ellas fueron traducidas al inglés y al español. La más conocida es Noche de Paz –en alemán, Stille Nacht, heilige Nacht- y ha sido traducida a más de 300 idiomas. La actual versión alemana difiere un tanto de la letra y melodías originales y por lo general la canción no se canta entera, sino que se hace una especie de pequeño resumen”.
  • Australia: la Navidad les llega a los australianos en mitad de las vacaciones de verano. Si bien los villancicos son muy similares a los carols ingleses, el ritual es diferente. “Se conoce como villancicos a la luz de las velas, ya que se cantan iluminados, en la playa y por la noche. Al ser una época estival allí, las palabras relacionadas con la nieve y el frío en ocasiones se cambian sobre palabras especiales utilizadas en Australia”.
  • Japón: a pesar de que la Navidad no es popular en el país nipón, esta noche tiene una connotación más romántica –las parejas aprovechan para estar juntas y entregarse regalos- y si se celebra, se cantan canciones importadas de los Estados Unido. “El hit Christmas Eve de Tatsuro Yamashita que se lanzó en el año 1983 arrasa entre los japoneses y es una de las canciones más conocidas en Japón”.

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