Madrid, 19 de junio de 2019 – ¿WLAN, WiFi o Wi-Fi? Son nombres distintos para una misma cosa: la red inalámbrica que se ha convertido en una parte central de nuestro día a día. Este 20 de junio de 2019 se celebra el “Día mundial de Wi-Fi”, un “cumpleaños” que coincide con el 20 aniversario de la tecnología que sirve de base y de la Wi-Fi Alliance®. Por eso, es el momento perfecto para que los expertos en redes de devolo expliquen el significado de las diferentes siglas y de nombres tan crípticos como 802.11a, y compartan también su visión del futuro de las redes inalámbricas.

Los temas de esta nota de prensa:

  • Cómo empezó todo
  • La evolución de Wi-Fi – Más velocidad y estabilidad
  • 11ac – Bienvenido a la era del gigabit
  • Wi-Fi 6 – Simplemente, mejor conectados
  • devolo Magic – La base perfecta para un Wi-Fi potente

Cómo empezó todo

Cuando vemos la TV por la noche, usamos nuestros tablets para buscar de qué películas o series conocemos a un actor. En el bar, utilizamos nuestro teléfono inteligente para ponernos al día con el correo, y cuando nos tumbamos en la cama, aprovechamos el portátil para disfrutar viendo contenidos de entretenimiento en streaming. Cuando hacemos estas cosas los cables son lo último en lo que pensamos. Al fin y al cabo, casi todos los dispositivos modernos (desde smartphones y consolas para juegos, hasta aparatos de streaming) son capaces de comunicarse con redes sin ellos. Este tipo de redes sin cables se conocen como WLAN (red de área local inalámbrica, traduciendo el significado de sus siglas en inglés), aunque internacionalmente se les suele llamar WiFi o Wi-Fi, una marca registrada introducida por la Wi-Fi Alliance. Sin embargo, estos términos no significan exactamente lo mismo. WLAN se usa para describir redes inalámbricas en general, mientras que Wi-Fi (o WiFi) se refiere específicamente a una red sin cables formada por componentes basados en los estándares 802.11 definidos por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, por sus siglas en inglés).

En 1999, la norma IEEE 802.11a sentó las bases de la futura estandarización de Wi-Fi. De hecho, la correspondiente certificación del estándar para los dispositivos hizo algo más que garantizar la compatibilidad entre equipos de fabricantes diferentes, también posibilitó que se alcanzaran tasas de datos brutas mucho más elevadas que las de la norma IEEE 802.11 original.

La Wi-Fi Alliance fue (y sigue siendo) el motor detrás de ese progreso. Si echamos la vista atrás y nos fijamos en los últimos 20 años de desarrollo, veremos la rapidez con la que Wi-Fi se ha convertido en un elemento permanente de nuestra vida diaria:

  • En 2004, se usó por primera vez una red Wi-Fi certificada en un avión comercial.
  • En 2009, solo diez años después del lanzamiento de Wi-Fi, había ya 1.000 millones de dispositivos con certificación Wi-Fi en el mercado.
  • El número de puntos de acceso Wi-Fi públicos superó la cifra de 1.000.000 en 2011. Solo dos años después, esa cantidad sobrepasaba los 5.000.000.
  • A día de hoy, en 2019, el año del 20 aniversario de Wi-Fi, existen más de 30.000 millones de equipos con certificación Wi-Fi en el mercado.

La evolución de Wi-Fi – Más velocidad y estabilidad

Wi-Fi debe su aplastador éxito a los avances de la tecnología y a la rapidez de la evolución de esta. A la norma 802.11a le sucedieron los estándares 802.11b, 802.11g y 802.11n; las sucesivas versiones se traducen en actualizaciones de la banda de frecuencia y en unas velocidades de transmisión más elevadas