• El nacimiento de despachos de abogados que automatizan todo el proceso de reclamación para conseguir una indemnización está transformando el mercado.
  • Algunos usuarios se quejan de la ‘deshumanización’ de procedimientos que pueden durar varios años, y durante los cuales nunca hablan con un abogado.
  • Desde Indemnización por Accidente, que lleva más de 20 años ayudando a víctimas de accidentes laborales a conseguir su indemnización, proponen un modelo que combine tecnología para agilizar los trámites con asistencia humana directa y personalizada para acompañar a las víctimas.

 

Madrid, 25 de abril de 2024.- La inteligencia artificial está cambiando sectores enteros a través de profundos procesos de automatización, que permiten ganar agilidad en cualquier trámite burocrático, pero lo hace a costa de ‘deshumanizar’ procedimientos en los que el acompañamiento marca la diferencia.

Así lo explican expertos de Indemnización por Accidente, un despacho de abogados con más de 20 años de experiencia especializado en el asesoramiento para reclamar por accidentes laborales en España, que observa un incremento de despachos ‘automatizados’ en los que los reclamantes pueden pasar años sin hablar directamente con un abogado.

El auge de la inteligencia artificial y el hecho de que estemos acostumbrados a realizar trámites de forma autónoma con compañías de telecomunicaciones, compras online o bancos y aseguradoras está provocando un fenómeno que ha transformado las reclamaciones legales”, explica Ignacio González Gugel, Socio de Indemnización por Accidente. “Es una buena noticia que las víctimas de accidentes o quienes necesitan reclamar sus derechos e indemnizaciones cuenten con un acceso más rápido, sencillo y barato a profesionales capaces de luchar por ellos, pero el problema que observamos es que muchos de estos despachos están totalmente automatizados, por lo que el cliente nunca entra en contacto con un abogado, algo que desde Indemnización por Accidente consideramos imprescindible en momentos que requieren gran empatía”, añade.

 

Equilibrio entre humanos y robots

Desde Indemnización por Accidente, la compañía especializada en la reclamación de daños por accidente laboral, abogan por un sistema que combine tecnología con asistencia profesional personalizada. En su caso, la compañía ya aplica tecnologías que permiten agilizar el envío de documentación por parte del cliente, así como herramientas internas que ahorran tiempo a los abogados encargados de revisar y preparar cada caso.

Sin embargo, el valor diferencial de Indemnización por Accidente es que, al reclamar con ellos, el cliente estará acompañado por un abogado durante todo el proceso. “Cada proceso con Indemnización por Accidente comienza con una consulta legal gratuita en la que un abogado habla con la persona que quiere reclamar, por lo que siempre hablará con un profesional de manera necesaria antes de empezar el procedimiento”, explica Ignacio.

Este funcionamiento difiere del de otros despachos, donde el cliente directamente carga la documentación de su caso en una plataforma y después hace seguimiento a través de un área privada. Si tiene dudas, contacta por email. “El correo electrónico no es la mejor fórmula para contactar con un cliente en un procedimiento legal, ya que manejamos conceptos difíciles de entender para la población general y lo correcto es explicarlos correctamente de tú a tú para que el reclamante sepa en todo momento el estado de su reclamación y la indemnización por accidente laboral a la que puede acceder”, apunta.

El reto, que Indemnización por Accidente ha conseguido equilibrar gracias a su experiencia en el sector y a una trayectoria que le ha permitido integrar de manera natural los avances digitales, es encontrar las áreas en las que la automatización puede ayudar tanto al cliente como a los despachos de abogados y aquellas en las que se necesita el contacto humano. “Creemos que Indemnización por Accidente es ahora mismo la mejor opción para denunciar un accidente laboral, porque se trata de un procedimiento muy sensible y con muchas aristas, y por eso no puede ser automatizado en su totalidad. No se trata de algo baladí, son casos muy graves en los que se ha puesto en peligro la integridad física e incluso la vida de los trabajadores y eso, aunque solo sea por empatía con la víctima, requiere contacto humano”, subraya Ignacio.

 

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