Dados los cambios en la naturaleza de los empleos a nivel global, dPG legal habla sobre las tendencias de la economía colaborativa y también ofrece consejos para sacar provecho de todas las ventajas de la digitalización
Madrid, 28 de febrero de 2019 – Hoy en día, el debate sobre la calidad del empleo está presente en cualquier país, pues la globalización, la última crisis financiera y los avances hacia la digitalización han provocado un cambio total en la naturaleza del trabajo. Cada vez más, los modelos de negocio se basan en las nuevas tecnologías e internet opera como el núcleo de la actividad económica, ya sea para la adquisición de bienes y servicios, o para buscar u ofrecer trabajo. En este contexto, gran parte de la discusión gira en torno a los beneficios y los riesgos laborales de la gig economy o economía gig.
El anglicismo proviene del mundo de la música, especialmente el Jazz, en el que gig significa realizar una actuación a cambio de un pago. En la actualidad, el término es usado para referirse al ecosistema laboral de las startups, los freelancers y los autónomos que ejecutan trabajos remunerados y puntuales para distintos agentes económicos. En general, esta tendencia se distingue por el carácter temporal de los trabajos, el uso de internet como vínculo entre el empleador y el trabajador, así como por la ausencia generalizada de un marco legal que regule las relaciones entre el freelancer y el contratante. Según datos de Eurostat, “en la Unión Europea 30,6 millones de personas de entre 15 y 64 años trabajaban por cuenta propia en 2016 (14% del empleo total)”. Pero, más allá de las estadísticas, la cara visible de este movimiento son las páginas webs y aplicaciones como UpWork, Workana, Craiglist, Uber, Glovo o Deliveroo.
A pesar de que los avances tecnológicos suponen una ventana de oportunidad para la juventud, a nivel mundial existe una gran discusión sobre los beneficios que podría ofrecer la economía gig. Para un sector de la sociedad, conseguir un trabajo estable y digno pasa por subirse a una máquina del tiempo. Por otro lado, existen quienes creen que la nueva naturaleza del trabajo es tierra fértil para la innovación.
Críticos
Los críticos de la economía gig señalan que es un modelo basado en la precariedad laboral. Rechazan la ausencia de un marco legal generalizado, los bajos salarios y el alto grado de indefensión de los freelancers y autónomos frente a los contratantes. Desde este punto de vista, las personas aceptan estas condiciones por la imposición de un mercado laboral que no parece recuperarse de la crisis financiera. A su vez, enfatizan que estos negocios ‘colaborativos’ se nutren del mito de “ser tu propio jefe”.
Seguidores
Indudablemente, los beneficios inherentes a la economía gig son enormes y tenemos que adaptarnos a la nueva realidad que nos ofrece la tecnología. Por esta razón, sus evangelizadores proponen enfocarse en buscar soluciones y no en la crítica excesiva. Desde su punto de vista, la inseguridad laboral siempre ha existido, basta repasar los saltos cualitativos en la calidad del empleo desde la última Revolución Industrial. Según esta posición, hoy sobran herramientas y mecanismos de diálogo para alcanzar un consenso en torno a la regulación. A su vez, enfatizan la importancia de derribar sus mitos engañosos. Antes de trabajar como freelancer o autónomo, los expertos recomiendan estudiar el mercado, repasar nuestro estado financiero y reflexionar sobre nuestras expectativas en el plano personal, familiar y laboral.
Consejos de dPG Legal
Ante los beneficios y riesgos laborales de la economía gig, desde dPG Legal nos preguntamos, ¿cómo defender los derechos de los trabajadores en este contexto? ¿Qué medidas deben tomar las empresas del sector para cumplir con unos estándares éticos adecuados a esta realidad laboral?
Sostenemos que es necesario hallar un equilibrio entre las posiciones de sus críticos y seguidores porque ambos tienen argumentos de peso. Creemos que solo será posible aprovechar la ventana de oportunidades que nos ofrece la economía gig si existe respeto por parte de todos los agentes del ecosistema laboral hacia los deberes y derechos del otro. En caso de que no avancemos en acuerdos nacionales e internacionales sobre la materia, el mercado global habrá perdido una excelente oportunidad para beneficiarse del presente salto tecnológico.
Con el fin de alcanzar el ansiado equilibrio, es importante que la clase política, el sector privado y la sociedad civil trabajen en los siguientes puntos:
- Régimen fiscal de la economía gig.
- Seguridad social para los trabajadores de la economía gig.
- Ley del trabajo adaptada a la realidad globalizada y tecnológica del mundo.
- Libertad de asociación de los trabajadores freelance.
En el caso de las startups y los trabajadores freelance y autónomos, dPG Legal ofrece los siguientes consejos:
- Desarrollar canales de comunicación entre las partes involucradas para establecer condiciones laborales idóneas. Sobre todo, tener en cuenta el salario y las horas de trabajo. Esto incluye negociar criterios de flexibilidad laboral y productividad para evitar malentendidos.
- Conocer bien las diferencias entre empleado fijo, trabajador temporal, autónomo, freelancer, etc.
- Aplicar una política contra el acoso y la discriminación.
En resumen, desde dPG Legal abogamos por soluciones que permitan subirnos al tren de la actual revolución tecnológica con el fin de mejorar el bienestar de las personas.
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Sobre dPG Legal:
dPG LEGAL es un despacho con vocación procesal dedicado y dirigido a las actuaciones ante órganos jurisdiccionales. Su equipo está compuesto por letrados y economistas colegiados, con más de 15 años de experiencia y una larga trayectoria de éxito en el asesoramiento jurídico y fiscal a empresas y personas físicas.
El know-how de sus profesionales y la consolidación en el mercado portugués son dos elementos diferenciadores del despacho, que le permiten ofrecer soluciones más eficientes desde un punto de vista estratégico de internacionalización y dar respuesta a las necesidades de sus clientes en cada etapa de crecimiento y de desarrollo empresarial.
Sus áreas de especialidad son: derecho penal, derecho de las nuevas tecnologías, derecho laboral, derecho mercantil y derecho fiscal. En su portfolio de servicios se destacan también la gestión financiera y tributaria para empresas, la gestión administrativa de nóminas y recursos humanos y el apoyo a la creación y desarrollo de startups.
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